*No los
consideran como minoría étnica.
*Tampoco
tienen derechos ni acceso a los subsidios.
*Evidente racismo
y discriminación de autoridades.
*Reclamo a
Alejandro Murat: son oaxaqueños y mexicanos.
Carta
Mesoamericana / Redacción
Santiago
Jamiltepec, Oaxaca
La Costa
Chica de Oaxaca aloja comunidades de afrodescendientes cuyos ancestros llegaron
a México como esclavos y hoy, aunque ya son mexicanos de nacimiento, aún luchan
por ser incluidos en la Constitución federal como pueblos con derechos iguales
a los de los pueblos indígenas y la posibilidad de beneficiarse de políticas
públicas.
El artículo
2 de la Carta Magna reconoce la composición pluricultural del país y a los
pueblos indígenas, pero no menciona a los afromexicanos, quienes en 2015, según
el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, representaban 1.2 por ciento
de la población del país.
Frumencio
Bustos Domínguez, primer director de la comunidad afromexicana de Santiago
Jamiltepec, tiene 29 años y lucha por que las 70 comunidades negras oaxaqueñas
gocen de reconocimiento oficial.
Gabino Cué
Monteagudo, ex gobernador de Oaxaca, suscribió una iniciativa de reforma
constitucional sobre derechos de los pueblos indígenas y afromexicano. El 8 de
agosto de 2016, en nombre del Consejo Consultivo de los Pueblos Indígenas y
Afromexicano de Oaxaca, pidió de manera urgente y enfática al Congreso local
aprobar la iniciativa, que no ha sido llevada al pleno, aunque ya se aprobó en
comisiones.
A los
afromexicanos de Oaxaca no les molesta que los llamen “negros, morenos, prietos
o afros”, afirmó Frumencio, quien sin embargo reconoció que hay discriminación
cuando deseamos obtener recursos para un proyecto agrícola, una vivienda o
escuelas. Por ejemplo, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas (CDI) no los atiende.
Un ejemplo
son las hermanas Claudia y Felipa Domínguez Alberto, quienes viven de
confeccionar batas de manta y elaborar tortillas. El único apoyo que reciben es
el del programa Prospera de la Secretaría de Desarrollo Social, pero no tienen
derecho a obtener ayuda para proyectos productivos.
“Acudimos a
la CDI en Jamiltepec, y nos dijerion que para nosotros no hay nada. Poco entendemos,
pero se siente feo escuchar que a los negros no nos quieren, no existimos, pese
a que nos sentimos orgullosos de ser oaxaqueños y mexicanos”, dijeron.
Frumencio
anotó que también son discriminados por el Instituto Nacional de Migración: “No
creen que soy mexicano. Fue vergonzoso que me hicieran cantar el Himno Nacional
Mexicano. No creían que era de Oaxaca, me paré en pleno autobús y lo entoné.
Les mostré mi credencial de elector y aún así me dijeron que era falsa. Mi
gente también ha vivido esa discriminatoria experiencia. Incluso a un par de
amigos los quisieron deportar a Honduras sólo porque eran negros”.
Los
afrodescendientes de Oaxaca se unieron con los de Guerrero y Veracruz para
defender sus derechos en la asociación México Negro, creada en 1997. “Anualmente
debatimos nuestras experiencias y coincidimos en que México es un país racista,
pese a que el gobierno federal firmó tratados internacionales como la
Declaración de Durban.
“En los
hechos no somos reconocidos constitucionalmente, porque el artículo 2 no nos
protege, y mientras no nos reconozcan en las leyes no habrá políticas públicas
para nosotros”, sostuvo.
En las
comunidades afrodescendientes de Oaxaca la discriminación es generalizada en
los servicios de salud, educación, desarrollo social y dotación de
infraestructura. La mayoría de la población afrodescendiente sólo ha cursado
primaria o secundaria; unos cuantos acceden a la educación media superior y
menos aún concluyen una carrera universitaria.
El pasado 14
de febrero, una comisión del pueblo negro de Oaxaca y Guerrero encabezada por
el sacerdote Flaviano Cisneros Liborio atestiguó la presentación de una
iniciativa en el Senado de la República para reformar el artículo 2
constitucional, en la Ciudad de México.
Flaviano,
párroco que participa desde hace 20 años en la agrupación México Negro AC,
recordó que hace tres años Oaxaca nos reconoció en su Constitución estatal,
pero se ha quedado a medias. Es urgente que exista una secretaría de asuntos
para el pueblo afrodescendiente de Oaxaca.
Por ello,
pidió al gobernador Alejandro Murat hacer historia y dar la atención necesaria
a su gente que, en el caso de los afromexicanos, ocupa 10 por ciento del
territorio: son oaxaqueños y mexicanos.
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