La ampliación de la acción
diferida para los llegados en la infancia (DACA), como parte de una acción
ejecutiva del presidente Barack Obama ante la ausencia de una reforma
migratoria del Congreso estadunidense, podría beneficiar de manera inmediata a
millones de migrantes no documentados y reduciría dramáticamente las
deportaciones masivas y la creciente separación de familias, asegura un estudio
del Instituto de Política Migratoria (MPI).
Citado por los más
importantes centros de investigación sobre procesos migratorios de Estados
Unidos, incluyendo al propio gobierno de aquel país, este instituto dio a
conocer un análisis que examina los alcances de una acción ejecutiva y el
potencial universo de beneficiados, pues el censo más reciente en aquella
nación refiere un aproximado de 11.7 millones de migrantes no autorizados.
La acción diferida para los
llegados en la infancia, anunciada en junio de 2012, ofreció alivio temporal a
1.2 millones de migrantes que cumplían estrictas regulaciones para permanecer
en territorio estadunidense, como contar con certificado de preparatoria o
estar en ese momento inscrito en alguna escuela. De eliminarse este
requerimiento, los beneficiarios serían casi medio millón más.
De igual forma, si
únicamente se eliminara la condición de haber llegado a Estados Unidos antes de
los 16 años, como establece la DACA, y se extendiera a quienes arribaron antes
de los 18, la población elegible de migrantes aumentaría en 180 mil. En tanto,
si la acción ejecutiva del presidente Obama decide que podrán beneficiarse de
la acción diferida quienes llegaron a Estados Unidos antes de 2009, en lugar de
lo que establece actualmente la DACA (antes de 2007), los jóvenes beneficiados
sumarían 500 mil más.
El instituto señala que antes
de la DACA, el gobierno federal podía garantizar una acción diferida para
frenar las deportaciones si los migrantes cumplían requisitos como tener una
residencia en ese país, lazos familiares cercanos con ciudadanos estadunidenses
o con residentes legales permanentes o beneficiarios de la DACA y ser
potencialmente elegibles para recibir una tarjeta de residencia permanente en
Estados Unidos (green card).
De tal suerte que
excluyendo a quienes ya son elegibles para la DACA actualmente, la cifra de
beneficiarios se amplía sustancialmente.
Por ejemplo, tres millones
de migrantes no autorizados han vivido en Estados Unidos por 15 años o más, 5.7
por lo menos 10 años y 8.5 los últimos cinco años. Además, 3.5 millones son
padres de nacidos en Estados Unidos y por lo tanto ciudadanos de ese país, y de
éstos, 2.5 han vivido en aquella nación por más de una década.
Si se incluye a padres
cuyos hijos tienen una green card o son beneficiarios de la DACA, la cifra sube
hasta 3.7 millones. Por otra parte, 770 mil son esposos o esposas de ciudadanos
estadunidenses, y si se incluye en ese grupo a parejas que no son
estadunidenses por nacimiento pero uno de ellos tiene una green card y es
beneficiario de la DACA, la cifra de elegibles llega a 1.5 millones.
Lo ideal, señala el
documento, es que la acción ejecutiva del presidente Obama considere eliminar
más de una de estas restricciones, lo que redundaría en mayor número de
beneficiados, aunque el instituto también considera que la presión política en
contra del partido republicano sea de tal magnitud que la decisión del
presidente beneficie solamente a unos cuantos miles.